El Universal

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domingo, marzo 20, 2005

Bush firmaría una ley contra la eutanasia

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, regresará hoy a Washington, según indicó su vocero, para firmar la ley que busca impedir la muerte de una mujer en coma desde hace 15 años, cuya alimentación artificial fue frenada el viernes. "El presidente intenta firmar la ley lo más pronto posible una vez que sea aprobada" por el Congreso, subrayó Scott McClellan, refiriéndose a lo que el mandatario haría para evitar la muerte de la mujer, Terri Schiavo. La batalla sobre el derecho a vivir o a morir para la mujer en estado vegetativo, que fue desconectada el viernes en Florida, recobró dramatismo el sábado, tras las protestas de su madre en las afueras del hospital donde se removió el tubo alimenticio que la mantenía con vida. Terri Schiavo, que hoy tiene 41 años y se encuentra en medio de una tortuosa batalla legal en el Congreso de Estados Unidos y la Legislatura de Florida, permanece postrada hace 15 años en un hospital luego de entrar en un coma vegetativo cuando se detuvo su corazón y sufrió severos daños cerebrales.Michael Schiavo, esposo y tutor de esta mujer que sufrió un ataque vascular cerebral en 1990, logró que la justicia de Florida (sureste) fallara a favor de que su mujer no fuese mantenida con vida artificialmente. Pero los padres y el hermano de la mujer, apoyados por la Casa Blanca e influyentes miembros del Congreso, se oponen firmemente contra la eutanasia. La Cámara de Representantes estadounidense anunció que espera aprobar pronto un texto para evitar la muerte de Schiavo. "Me siento honrado en anunciar que los negociadores del Senado y de la Cámara de Representantes acordaron un proyecto de ley de compromiso, bicameral y plural, para salvar a Terri Schiavo", anunció durante una conferencia de prensa Tom DeLay, jefe de la bancada republicana en la cámara. El presidente estadounidense dijo que se opone a la eutanasia de Terri Schiavo de la misma manera que su hermano Jeb Bush, republicano y gobernador de Florida, estado donde vive la familia Schiavo.
Clarín.

sábado, marzo 19, 2005

El regreso del monstruo

Por James Neilson


En una ocasión su majestad británica, la Reina Victoria, al sentirse muy pero muy enojada luego de enterarse de que su embajador tuvo que huir de Bolivia montado sobre un burro, declaró que nuestro vecino no existía para entonces tacharlo del mapa real. De modo igualmente imperioso, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, acaba de informarnos que la inflación de que tantos hablan "no existe", consignándola así a aquel universo fantasmagórico alternativo donde flotan otras "ficciones" propias de los no existentes años noventa como el uno a uno y la noción extravagante de que con un poco de esfuerzo por parte de sus dirigentes la Argentina pudiera llegar a ser tan rica como Australia o Canadá. ¿Y el 1,5 por ciento que se anotó en enero, el 1,0 por ciento de febrero y el 1,2 por ciento que los agoreros prevén para marzo? Serán meras ilusiones estadísticas cuando no evidencia de que la economía nacional rebosa de salud. El que en un solo trimestre los precios minoristas hayan aumentado más que en todo un año primermundista carece de importancia. Y de todos modos, el presidente Néstor Kirchner sabe muy bien donde están "los focos de aumentos de precios" y está listo para atacarlos.
Fernández no se equivoca por completo. Algunas subas puntuales provocadas por factores externos como el aumento del precio internacional del petróleo no necesariamente significan que una vez más el país haya comenzado a caer por un tobogán que lo llevará al caos de otros tiempos. Pero parecería que se trata de algo más que la conducta intolerable de los conspiradores que manejan lo que según Kirchner es la peor empresa del mundo, Shell, un gigante que pesa tanto en el mundo como la República Argentina, o el afán de lucro de los productores de leche, carne y una larga etcétera. Mal que les pese a Kirchner y a Roberto Lavagna, puede que pronto se vean obligados a elegir entre el dólar recontraalto que es la piedra basal de su "modelo" supuestamente competitivo y una tasa de inflación que no tardaría en depauperar nuevamente a quienes según las estadísticas oficiales desde mediados del año pasado han logrado dejar atrás la pobreza al conseguir más de 760 pesos mensuales para una familia tipo. En el antro neoliberal estadounidense, la cifra correspondiente es aproximadamente 4800 pesos: según las pautas miserables de los yanquis, casi todos los argentinos son pobres y más de la mitad está hundida en la indigencia.
El que el encogimiento violento del peso no fuera seguido por un estallido hiperinflacionario es motivo de mucho orgullo oficial. Kirchner, Lavagna y los corifeos que cantan loas a su sabiduría lo toman por evidencia de su habilidad y de la estupidez sin límites de los gurúes neoliberales y los técnicos del FMI encabezados en la actualidad por el español Rodrigo Rato, el blanco favorito de los dardos presidenciales. Tendrán razón, claro está, los que piensan de esta manera, pero "la devaluación más exitosa de la historia" tan aplaudida por los productivos bonaerenses también fue facilitada por la caída del valor del dólar yanqui y, más aún, por el empobrecimiento traumático de muchos millones de argentinos que por miedo a que algo todavía peor pudiera estar esperándoles se resignaron a la miseria. De rebotar el dólar, el Gobierno se vería en apuros. Asimismo, le sería difícil manejar la situación si la gente comenzara que creer que la crisis ya ha sido superada y que por lo tanto ha llegado la hora de recuperar el terreno que perdió a partir del desplome de la convertibilidad.
La política antiinflacionaria de Kirchner puede resumirse en una palabra: intimidación. Al parecer convencido de que el fenómeno se debe a la codicia de empresarios malignos, utiliza todas las armas a su alcance - insultos, leyes, gobiernos extranjeros amistosos, bandas piqueteras – para amedrentar a los grandes con la esperanza de que los pequeños también se den por enterados. En el corto plazo, esta modalidad un tanto rústica puede brindar resultados satisfactorios. Además de no tener que pagar más por la luz, agua, teléfonos y así por el estilo, la gente ve que el señor presidente hará cualquier cosa por defender su bolsillo, lo que sin duda es muy reconfortante.Con todo, entraña ciertas desventajas, de las que la principal es que las empresas que ya están en el país se resistirán a invertir más mientras que otras preferirán probar suerte allá donde no tendrán que preocuparse por matones piqueteros o por un presidente proclive a tratarlos como ladrones. Puesto que Kirchner cree que los inversores son sujetos mezquinos que sólo piensan en dinero, debería entender mejor que nadie que si en el futuro el país se limita a dejar entrar a los buenos no vendrá nadie. Por lo demás, el Gobierno no puede emplear la misma metodología para poner fin a la puja salarial que está contribuyendo al alza de precios.
Fernández no exageraba demasiado al afirmar que "el peor componente que tiene la inflación es la expectativa". Todas la economías del planeta dependen de lo que la mayoría, representada por "los mercados", imagina ocurrirá en los próximos días, de suerte que una ola de pesimismo atribuible a un malentendido podría dar pie a otra gran depresión. Sin embargo, es una cosa comprender la importancia clave de las ilusiones colectivas y otra muy distinta, y muchísimo más complicada, saber incidir en ellas. Por cierto, nunca han servido para mucho en la lucha contra la inflación ni las súplicas de los indignados por sus consecuencias ni las bravuconadas, amenazas y exhortaciones, las que casi siempre resultan contraproducentes, de políticos deseosos de hacer pensar que están en condiciones de obligarla a batirse en retirada. Desgraciadamente para quienes se enorgullecen de su contundencia, en este ámbito hay que operar con mucha sutileza. De lo contrario, Kirchner sólo logrará alimentar a un monstruo que durante décadas se ensañó con la Argentina y que, atraído por la sensación de que algo ha empezado a moverse y por las perspectivas abiertas por un año electoral, bien podría estar por volver a una comarca que no puede sino recordar con nostalgia. Es habitual suponer que la Argentina, como Alemania medio siglo antes, sufrió tanto a causa de la inflación hasta que por fin la convertibilidad la paró en seco que en adelante le será inmune. Puede que lo sea, pero también es posible que necesite revacunarse. La razón de fondo por la que el país fue tan vulnerable al mal consistió en la combinación peligrosa de un sistema político intrínsecamente débil, de ahí el populismo de los gobiernos, sin excluir a los militares, con una propensión generalizada a creer que en última instancia los recursos resultarían ser decididamente mayores a los registrados por los contadores.
Demás está decir que la situación así supuesta no se ha modificado mucho. El país sigue siendo incapaz de dotarse de un gobierno que sea lo bastante fuerte como para arriesgarse impulsando reformas equiparables con las emprendidas en otras partes porque serían resistidas por los sindicatos, la corporación política y una multitud de organizaciones que defienden sus "conquistas" so pretexto de que pertenecen al pueblo en su conjunto. Asimismo, como refleja el desprecio que siente Kirchner por los inversores, trátese de los bonistas del chiquitaje italiano o de colosos multinacionales, muchos tienden a presumir que la Argentina ya cuenta con todos los recursos que precisa para prosperar sin verse constreñida a estimular el ahorro. Ya que Japón se erigió en una superpotencia económica merced a su transformación en una nación de ahorristas, no es un detalle menor la hostilidad hacia todo cuanto sabe a ahorro e inversión de los peronistas que tomaron el poder más de tres años atrás. Por lo pronto, los más afectados por la inflación que a pesar de no existir está mordisqueando al país son los pobres y quienes forman parte del ejército en las sombras de los indigentes. Para ellos, un aumento estadísticamente trivial puede ser un desastre. Se trata de al menos el cuarenta por ciento de la población. Aunque para algunos pocos será cuestión de un mal rato, para la mayoría se trata de una condena de por vida. De persistir el crecimiento rápido un par de años más, el país podría tener el mismo ingreso per cápita que alcanzó brevemente una década antes, pero el reparto de la torta sería incomparablemente más desigual que en el pasado. El déficit educativo, la falta de crédito, los efectos desmoralizadores del clientelismo, el cortoplacismo de elites más preocupadas por sus propios intereses inmediatos que por el destino de la comunidad, todos están conjugándose para hacer de la Argentina un país en el que para un político indignarse por los problemas que surgen es mucho más provechoso que intentar solucionarlos.

Noticias.




Dura respuesta del Vaticano a la remoción del obispo Baseotto



El vocero oficial de la Santa Sede, Navarro Valls, advirtió que impedir su labor es “una violación de la libertad religiosa”. Kirchner le anuló el cargo al obispo castrense y le quitó el sueldo de subsecretario de Estado.
El Vaticano reaccionó con mucha dureza frente a la decisión del presidente Néstor Kirchner de anular la designación del obispo castrense Antonio Baseotto y de quitarle el sueldo de subsecretario de Estado
(Edición impresa). El portavoz de la santa sede, Joaquín Navarro Valls, dijo que impedirle ejercer su ministerio pastoral es “una violación de la libertad religiosa”.Navarro hizo estas declaraciones después de que el Gobierno argentino anunciara ayer el relevo de Baseotto a raíz de unas declaraciones en las que sugirió "tirar al mar" al ministro de Salúd, Ginés González García, por su postura en favor de la despenalización del aborto. El Vaticano "continúa a la espera de una comunicación oficial de parte de Argentina al Pontífice", dijo Navarro Valls, quien recordó que el obispo castrense argentino fue nombrado por el Papa. "Si se impide ejercer el ministerio pastoral a un obispo legítimamente nombrado por la Santa Sede según las normas del derecho canónico y los acuerdos vigentes, nos encontraríamos frente a una violación de la libertad religiosa, así como de estos acuerdos", advirtió. El conflicto entre el Gobierno argentino y el vicario castrense comenzó hace unas semanas, cuando Baseotto aseguró, mediante una cita bíblica, que "los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar" (Archivo 19/02/2005).El obispo cuestionaba así una campaña oficial que incluye el reparto gratuito de preservativos entre los jóvenes y la opinión favorable a la despenalización del aborto de Ginés González García, a quien acusó de cometer "apología del delito de homicidio". Esa frase cayó muy mal por su evidente relación con los vuelos de la muerte durante la dictadura, en los cuales se arrojaba a los secuestrados-desaparecidos al mar. A raíz de las declaraciones de Baseotto, el Ejecutivo pidió al Vaticano la inmediata remoción del prelado militar, que en una carta posterior aclaró que no quiso alentar "un acto de violencia" ni ofender al ministro, además de expresar su pesar por la "confusión y malestar" que causaron sus comentarios. La Santa Sede, sin embargo, denegó esta petición y ratificó en su cargo al obispo castrense (Archivo 17/03/2005). Ayer, el jefe del Gabinete, Alberto Fernández, anunció que Kirchner había firmado el decreto que deja sin efecto el acuerdo por el cual Baseotto fue designado vicario castrense en 2002, e indicó que la Iglesia Católica deberá proponer otro nombre para ocupar su lugar.
Clarín.

Dejaron de asistir a una mujer en estado vegetativo


Tras una dura batalla judicial, ayer retiraron la sonda que le permitía alimentarse.
WASHINGTON Y MIAMI. EFE, AFP Y ANSAAyer por la tarde, Terri Schiavo (41) fue desconectada del aparato que la mantenía con vida desde hacía 15 años. En las horas previas, la batalla entre defensores y detractores de la eutanasia había llegado al punto más intenso, con la intervención del Congreso de Estados Unidos para impedir el retiro de la sonda. Según los expertos, pueden pasar hasta dos semanas antes de que la mujer finalmente muera, sin alimentación.Terri sufrió un ataque cardíaco a los 26 años, debido a una brusca baja de potasio en el organismo; desde entonces se halla en estado vegetativo. Hace siete años su marido, Michael Schiavo, comenzó a luchar para que lo autorizaran a retirar la sonda. Argumentó que muchas veces Terri le había dicho que, en caso de accidente, no quería ser mantenida artificialmente con vida. La mayoría de los médicos había descartado que pudiera recuperarse.Los padres, Mary y Bob Schindler, se opusieron porque creen que su hija conserva un mínimo de conciencia. Además acusaron a su yerno de querer apropiarse del dinero destinado a los cuidados de Terri y quedar libre para otra mujer, con la que ya convive y tiene hijos. Recibieron el apoyo activo de grupos cristianos conservadores y, sobre todo, del gobernador de Florida y hermano del presidente, Jeb Bush.Terri está internada en un hospital del condado de Pinellas, en el estado de Florida. El juez de Florida George Greer había autorizado la desconexión, pero Jeb Bush impulsó y logró la aprobación de una ley que prohibía retirar la sonda que mantenía viva a la mujer. Anteayer, el Tribunal Supremo de Florida determinó que esa ley es inconstitucional.El jueves, los líderes republicanos del Senado y de la Cámara de Representantes intentaron impedirlo con la aprobación de dos proyectos casi idénticos: revisar las políticas sanitarias y las prácticas relativas a personas discapacitadas, y estudiar en especial el caso de Terri. No sólo esto obligaba a mantenerle la sonda, sino que además, sendas comisiones de ambas Cámaras la habían citado junto con su esposo al Congreso, a pesar de su estado.Ayer por la mañana, el juez David Demers, del condado de Pinellas, ordenó que no se le retirara el tubo. Pero más tarde Greer, el juez principal del caso, dio vía libre a Michael Schiavo para proceder a la desconexión. Un rato después, el Tribunal Supremo de Florida rechazó un amparo presentado por la Cámara de Representantes. De todos modos no está dicha la última palabra: ya otras dos veces se le ha removido el tubo alimentario, y los abogados de los padres de Terri lograron su reinserción.
Clarín.

miércoles, marzo 16, 2005

El Código Da Vinci: el Vaticano recomendó que "no lo compren y no lo lean"



La Iglesia dice que el libro tiene mentiras y errores. Por eso, un posible sucesor del Papa dijo que se trata de "un intento deliberado de desacreditar a la Iglesia Católica".

Socorro Estrada.

jerarquía de la Iglesia Católica rompió ayer el silencio sobre uno de los libros más vendidos del mundo, El Código Da Vinci. "No lo lean ni compren" pidió el influyente y papable cardenal Tarcisio Bertone, arzobispo de Génova, en declaraciones a Radio Vaticano. Bertone, que calificó al libro como "un castillo de mentiras", sostuvo además que la novela le recuerda a "los desmesurados panfletos anticlericales del siglo XIX" y que existe una suerte de estrategia mundial armada para su divulgación.Sus declaraciones responden, según dieron a conocer ayer diferentes medios especializados, a una avanzada de la Iglesia en contra de la novela de Dan Brown. Una "cruzada" que concretará su segundo paso con la realización de una serie de conferencias públicas convocadas por Bertone —la primera de ellas para hoy, en Génova— con el objeto de "esclarecer las teorías fantásticas del autor que atacan la doctrina de la Iglesia Católica".¿Qué molesta tanto de El Código Da Vinci como para que a casi dos años de su lanzamiento se inicie esta cruzada? Fundamentalmente, que a través de un relato de ficción, un thriller religioso, se haya contribuido a difundir el esoterismo a nivel popular. El libro de Brown relanza teorías teológicas basadas en los evangelios gnósticos que sostienen que la Iglesia Católica no es la que fundó Jesús y su mensaje no es el de Cristo. "El Código hará con el gnosticismo lo que Las nieblas de Avalón hizo con el paganismo: le hizo ganar la aceptación popular. Después de todo, ¿cuántos lectores van a ver mentiras y errores presentados como verdades escondidas?", alertó en 2004 la medievalista y periodista católica Sandra Miesel en su artículo "Desmantelando al Código Da Vinci", que tuvo una gran aceptación en los círculos católicos. Y la difusión de tales teorías no es poca cosa en una época en la que se ha establecido una auténtica batalla por los significados en el campo religioso occidental. Según el especialista que protagoniza la novela de Brown, Robert Langdon, Jesús de Nazaret no es Dios y ningún cristiano pensaba que lo era hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325. Dice, además, que tuvo como compañera sexual a María Magdalena. Y que los hijos de ambos, portadores de su sangre, son el Santo Grial y los fundadores de la dinastía Merovingia francesa. Custodiada por los Templarios, que la defienden de los ataques de la Iglesia Católica y del Opus Dei, un grupo ocupado en ocultar tanto la descendencia de Cristo como el importante rol que tuvo la mujer en los comienzos del cristianismo.Esas especulaciones, repetidas en los 25 millones de ejemplares que lleva vendidos El Código, han alterado el ánimo de más de uno durante el último año. Anticipándose a Bertone, el obispo chileno Juan Ignacio González pidió en agosto de 2004 a los católicos que no compren ni lean el libro. Y en México, en tanto, un sacerdote miembro de la Conferencia Episcopal sostuvo que el libro de Brown era una blasfemia. El hecho de que la novela se haya mantenido en el primer lugar de los rankings de libros más vendidos por más de 18 meses generó también una avanzada de publicaciones que salieron a responder a Brown desde distintos frentes. Las claves del Código Da Vinci, es una investigación periodística que llegó a la Argentina desde España y trabaja sobre la veracidad histórica de los relatos de Brown. Más allá del Código Da Vinci, escrito por la estadounidense Rene Chandelle, busca resolver el misterio abordando sus tesis religiosas y esotéricas. Y Verdad o ficción fue publicado por varios autores argentinos para ofrecer nuevas respuestas. Sin embargo, hasta ahora, la mayor jerarquía de la Iglesia Católica había evitado opinar. Por eso las declaraciones de ayer, cargadas de las tendencias preconciliares, recordaron a muchos los años duros en que el Vaticano excomulgaba a escritores y científicos por sus ideas, tras crear en 1556 el llamado Index librorum prohibitorum o Indice de libros prohibidos. "Es sólo una novela, una historia de ficción" se defiende el autor del libro en su página en Internet, donde además rechaza las acusaciones de anticristianismo y asegura que se esforzó por "describir de manera equilibrada al Opus Dei". "No hay que hacerse problema. Los argumentos del autor no tienen ni pies ni cabeza", sostiene desde una postura mucho más conciliadora el sacerdote biblista argentino, Luis Rivas, uno de los autores de Verdad o ficción. Y suena, cómo negarlo, mucho más sensato. ¿O acaso este intento de censura por parte de la Iglesia no hará que hoy mismo se vendan muchos más libros de El Código que ayer, más allá de su escaso valor literario?
Clarín.

Bielsa admitió que el Gobierno debió haber sabido antes sobre el caso SW


En el Senado, el canciller admitió que hubo irregularidades en la información. Pero sostuvo que los responsables fueron “personas físicas” que ya fueron sancionadas con las purgas en la Fuerza Aérea y la Policía Aeronáutica.
El canciller Rafael Bielsa se presentó este mediodía en el Senado para dar detalles de su gestión ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta y no pudo eludir preguntas sobre el contrabando de 60 kilos de cocaína en un vuelo de Southern Winds. El ministro admitió que hubo irregularidades en la información sobre el hecho y que el Gobierno “debió haber sabido antes”. En su exposición, Bielsa destacó que para el Gobierno, el caso es “un problema grave”. Y responsabilizó por la demora con la que la información llegó a los altos niveles del Ejecutivo a “personas físicas” que ya fueron sancionadas, en alusión a la purga en la cúpula de la Fuerza Aérea y la intervención en la Policía Aeronáutica. Además, el ministro sostuvo que "no hay ninguna posibilidad que una persona avezada en llevar y traer correo diplomático" haya podido confundirlo con las valijas descubiertas en setiembre último en Madrid con un cargamento de cocaína transportado por Southern Winds. El correo diplomático, dijo Bielsa, "es como un telescopio sellado" mientras que lo que circulaba en el aeropuerto de Barajas eran valijas que "tenían adherida una tosca impresión de computadora que decían embajada argentina en España con la clarísima intención de que fueran identificados los bultos".
Clarín.

Un fallo ordena anotar con la identidad biológica a un hijo de desaparecidos



La Sala II de la Cámara Federal ordenó que un hijo de desaparecidos sea anotado en los registros con su identidad biológica. El fallo sienta una posición sobre el siempre presente drama de los hijos de desaparecidos.El Tribunal revocó el fallo de primera instancia del juez Rodolfo Canicoba Corral, en el que se había rechazado el pedido porque el procesamiento del presunto apropiador, el ex policía Luis Antonio Falco, fue apelado y no está firme. Canicoba consideró en su momento que los recursos contra el procesamiento impedían acceder al planteo de que Mariano Falco fuera anotado con su nombre biológico: Juan Cabandié. Según constancias de la causa, el joven fue entregado en 1978 a Falco y su entonces cónyuge Teresa Perrone, quien se encargo de la crianza del niño.La Sala II de la Cámara consideró que la apelación del procesamiento de Falco no suspende la "correcta inscripción" del nombre del joven en los registros respectivos. Según el fallo, la anotación con el nombre biológico no tiene que supeditarse a los resultados del recurso, porque son cuestiones distintas. Los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Luraschi mencionaron estudios histopatológicos que acreditan el vínculo biológico entre el joven y quienes se presentaron como sus familiares. Postergar la inscripción "implicaría -sostuvieron los camaristas- un cercenamiento de los derechos de quien aparece bregando por su verdadera identidad".
Clarín.

domingo, marzo 13, 2005

La verdadera libertad de expresión

Por Roberto Campos
El desarrollo tecnológico suele ser vehículo del bienestar humano, y este se refleja no sólo en la materialidad tangible sino también en la producción de instrumentos que permitan una mejor vida en sociedad, contribuyendo entre otras cosas al desenvolvimiento de la vida democrática. Tal es el caso de internet, que invierte el rol de mero “receptor” al que antes de su explosión estaba resignado el público con respecto a los medios de comunicación tradicionales. Leer un diario, escuchar la radio o mirar la televisión, suponen una pasividad que sólo puede “activarse” mediante la participación indirecta de quienes están del otro lado, ya sea a través de cartas de lectores o mensajes, generalmente seleccionados con cuidado.
Pero la “red de redes” revoluciona el concepto de
“medio de comunicación”. Desde el correo electrónico hasta los weblogs, la participación del ciudadano común se adelanta acercándose paulatinamente al papel de protagonista. Cualquiera que disponga de una computadora con acceso a internet –en su casa o en un locutorio- puede, sin ser un experto en el tema, diseñar y publicar un sitio web, promocionarlo en los buscadores más populares y actualizar diariamente un blog, que hace las veces de diario personal donde los comentarios y opiniones son tan libres como el propio autor quiere que sean.
La realidad actual de los medios de comunicación, a menudo unidos en
holdings que reúnen diarios, radios y canales de tv, nos da la pauta de que es poco probable que lo que allí se comunica sea información “objetiva” u opiniones “independientes”. La sola idea de que la patronal de una gran empresa periodística –o grupo de empresas- que conforma un coloso capitalista puedan desatender sus expresiones en aras de un principio moral que las puede perjudicar, es bastante ingenua. Todos los medios de comunicación, privados o públicos, tienen intereses que defender y son conscientes del rol preponderante que juegan en la sociedad. Los medios de comunicación tal vez no puedan decidir, pero sí orientar la opinión pública en un sentido u otro. Tan poderosas son las empresas periodísticas hoy, no sólo ya en el país sino en el mundo, que la información puede ser filtrada, censurada o tergiversada sin que el público lo advierta. Y aunque la globalización dificulta en alguna medida el ocultamiento de información relevante –piénsese que las dictaduras de todo tiempo y lugar se valieron de los medios locales para justificarse, favorecidos por la no intromisión de medios extranjeros-, no dejan de existir intereses en pugna que obstan la plena realización del derecho a la libre expresión.
Una de las principales formas de evitar el autoritarismo es que el tiranuelo de turno no pueda manipular la opinión de los demás. Y las bitácoras, como instrumentos de opinión y actualidad, contribuyen en gran medida a la realización de este deseo tantas veces soñado. Claro que existen aún grandes limitaciones. Aunque la expansión de internet -y en especial de los blogs y la
banda ancha- ha sido espectacular en los últimos años, todavía existen dificultades para que los internautas conformen una auténtica comunidad ciberespacial. Contra esto atenta la dispersión, consecuencia de la saturación de sitios existentes; pero puede también pensarse que lo que creemos saturación es en verdad una nueva forma de la vida democrática. Acostumbrados a los oligopolios de los medios tradicionales, la agobiante cantidad y variedad de información disponible puede valorarse como una apertura que nos permite apreciar la diversidad de pensamientos hasta ahora ocultos. Podemos interactuar con el otro donde sea que esté, intercambiar ideas y conocernos más, multiplicando las vías conducentes hacia el reconocimiento mutuo.
Otro de los obstáculos que se presentan es el de las
fuentes de información. Los medios tradicionales recurren principalmente a las agencias informativas como primeras generadoras de noticias. Los internautas, más allá de sus opiniones, no pueden todavía generar información o difundirla con suficiente impacto; están limitados a comentar lo que se publica en los demás medios y a contactarse entre sí sin mayores resultados. El salto de la situación presente hacia un futuro que contemple la posibilidad de albergar un nuevo periodismo en manos de los internautas es algo que ya se está discutiendo. Por lo que la batalla venidera no será ya de los gobiernos contra lo medios sino de los medios tradicionales contra los nuevos medios en manos de simples ciudadanos.
Pero no somos tan ingenuos para creer que la
acumulación de capital es un concepto vano. Aunque desconozcamos lo que vendrá, el poder de los medios tradicionales tal vez continúe su predominio, aunque revestido bajo nuevas formas. No obstante, es auspicioso el presente de los internautas y es de esperar que puedan desarrollarse sin descuidar el concepto de “comunidad global”.
Esta noción no nos puede dejar de hacer reflexionar respecto de quienes por sus condiciones socioeconómicas
no tienen acceso a este nuevo mundo. Quienes no saben computación o no cuentan con una máquina quedarán tan excluidos como quienes en pocos años no sean bilingües. Pero esto no es culpa de los internautas, quienes deberían obligarse a exigir que los gobiernos de turno hagan algo al respecto. Tener una computadora ya no es un lujo sino una necesidad, un derecho humano. Sostener lo contrario significa excluir aún más a los que ya están excluidos.
La complejización de la sociedad con todas sus consecuencias no nos debe incitar a replegarnos hacia una simplicidad opresiva, sino a trabajar para hacer esa complejidad más justa. La evolución del capitalismo nos muestra que, aun con resultados a veces indeseables, el ánimo de lucro es más inocuo que la ideología. Cuando el desenvolvimiento de las
relaciones de producción se objetiviza, permite la evolución de herramientas que pueden contrariar al propio sistema favoreciendo las variadas formas de la libertad.


La Argentina, en la agenda de la SIP



CIUDAD DE PANAMA.- La Argentina integra desde ayer el selecto pero oprobioso grupo de naciones americanas donde el ejercicio cotidiano del periodismo resulta más difícil y la práctica de las libertades de expresión y de prensa afrontan mayores problemas por presiones y prácticas de sus gobiernos. Se sumó, así, a Cuba, Venezuela, Haití, Colombia, Ecuador y Estados Unidos, países a los que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) priorizó en su reunión de mitad de año, que se celebra en esta ciudad, para analizar los problemas y desafíos que afrontan sus periodistas cada día. "Mientras haya actitudes de intolerancia como las de Castro [Fidel], Chávez [Hugo] y Kirchner [Néstor], también siempre habrá voces que se levantarán para denunciarlos", afirmó ayer el titular de la comisión de Libertad de Prensa e Información de la entidad, Gonzalo Marroquín, al hablar en la jornada inaugural de la asamblea y anticipar parte del informe sobre la Argentina. A su lado, el presidente de la SIP, Alejandro Miró Quesada, también justificó la inclusión de la Argentina en ese lote por la "actitud desconcertante" que halló en el Gobierno y en los medios de comunicación argentinos. "Por un lado, observé una soberbia por parte del Gobierno muy grande; por otro lado, una pasividad marcada de los medios, con excepciones", destacó. Marroquín también informó que la misión de la SIP que visitó el país entre el 28 de febrero y el 2 de marzo últimos "confirmó hechos sobre la forma discriminatoria en que el Gobierno limita el acceso a la información y utiliza las pautas publicitarias para premiar o castigar a los medios según su línea editorial". También subrayó la "actitud intolerante del presidente Néstor Kirchner, quien durante tres días atacó a la SIP y a algunos miembros de la delegación en discursos y actos públicos". El director de LA NACION, doctor Bartolomé Mitre, y de El Día, Raúl Kraiselburd, consideraron excesiva la equiparación de la situación de la prensa en la Argentina con lo vivido en Cuba y Venezuela. Ambos coincidieron en que semejante afirmación resultaba incorrecta y desproporcionada. Presiones al periodismo Estados Unidos, en tanto, también fue incluido este año entre los países más conflictivos para el ejercicio del periodismo por las presiones judiciales que afrontan algunos periodistas para que revelen sus fuentes, bajo amenaza de ser condenados a prisión si mantienen sus nombres en secreto. En el caso de la Argentina, el vicepresidente regional de la SIP, Francisco Montes, leyó el informe preliminar, cuya versión definitiva se difundirá mañana. Marcó, primero, que las dificultades económicas "han sido aprovechadas arteramente por un gobierno que utiliza mecanismos sutiles, pero contundentes para complicar" a las empresas periodísticas. Montes, director del Diario de Cuyo de San Juan, observó, no obstante, que "puede afirmarse que la libertad de prensa existe en la Argentina, aunque con restricciones" y que si esas "preocupaciones se mantienen en el tiempo, puede ensombrecer el horizonte del periodismo". "El presidente Kirchner recurre con obstinada frecuencia a la descalificación de legítimas opiniones e informaciones; son reiterados sus ataques contra periodistas y medios, como ha ocurrido con el informe dado por la delegación de la SIP, que recibió réplicas y desmentidas", recordó. Aludió, así, a la reacción del Gobierno al difundirse las primeras conclusiones de la misión de la SIP en Buenos Aires, que incluyó a Miró Quesada y a tres ex presidentes de la entidad, entre otros: el uruguayo Danilo Arbilla y los estadounidenses Robert Cox y Edward Seaton. Las réplicas de Kirchner no pasaron de largo ayer. "Las agresiones personales e injustificadas a periodistas, como las que lanzó el Presidente contra el subdirector de LA NACION, José Claudio Escribano, y contra Arbilla, integrante de la misión a Buenos Aires, es otra agresión gratuita como réplica para cubrir errores señalados por la opinión pública", afirmó Montes. En el caso argentino, no obstante, la solución quizá deba buscarse en las propias empresas periodísticas, sin esperar otra actitud oficial, se sugirió en el informe preliminar. "El autoritarismo del Gobierno y de varias administraciones provinciales seguirá avanzando en igual proporción a las indecisiones y la pasividad de las empresas periodísticas", recordó la SIP.
Por Hugo Alconada Mon
Enviado especial
La Nación.

sábado, marzo 12, 2005

Castigaría el Gobierno al obispo Baseotto



En una nueva escalada de la confrontación que protagoniza el Gobierno con la Iglesia, y que podría derivar en un principio de ruptura de las relaciones diplomáticas, el presidente Néstor Kirchner habría decidido quitarle todo tipo de atribuciones de subsecretario de Estado al obispo castrense, monseñor Antonio Baseotto, por haber sugerido que “cuelguen una piedra de molino al cuello y arrojen al mar” al ministro de Salud, Ginés González García, a raíz de su propuesta para despenalizar el aborto. Así lo confirmaron a LA NACION fuentes calificadas de la Casa Rosada, que detallaron que la decisión presidencial se tomaría en las próximas horas por medio de un decreto. En la práctica, esta decisión contempla dos consecuencias inmediatas: se prohibiría a Baseotto entrar en todos los cuarteles del país y se le quitaría el salario que percibe como subsecretario de Estado. Pero, en rigor, este castigo va más allá de Baseotto y complicaría seriamente la controvertida relación de Kirchner con el Vaticano, dado que echaría por tierra el acuerdo internacional que el Estado argentino firmó con la Santa Sede en 1957 para regular la jurisdicción castrense y la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas. Según explicaron anoche a LA NACION fuentes de la Casa Rosada, la decisión de Kirchner se habría tomado ante el ante el silencio del Vaticano por los reclamos del Gobierno de expulsar a Baseotto. El 23 de febrero último, el Presidente había solicitado a la Santa Sede la "renuncia" del obispo castrense por sus expresiones contra el ministro de Salud. En aquel momento, el canciller Rafael Bielsa expresó su deseo de "que la renuncia de Baseotto se concrete y luego haya un obispo castrense distinto al actual", aunque dejó en claro que "a partir de este momento entran a expresarse la instituciones". Anoche, las autoridades argentinas estaban dispuestas a comunicar a la cúpula de la Iglesia la decisión de Kirchner. LA NACION intentó comunicarse con la Nunciatura, pero las llamadas no obtuvieron respuesta. Tampoco se pudo ubicar al presidente del Episcopado, monseñor Eduardo Mirás. La reunión de Kirchner "El Presidente ha dicho que el Gobierno no puede sacarle a Baseotto el título de obispo, pero sí el de subsecretario de Estado, con todas las atribuciones que esto representa", dijo a LA NACION un ministro que formó parte de las reuniones que Kirchner mantuvo en las últimas horas para definir el tema. Si bien la decisión se pondrá en práctica desde la Secretaría General de la Presidencia, que por medio de su titular, Oscar Parrilli, ratificará el decreto, en las reuniones en que esta decisión tomó cuerpo también estuvieron el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el ministro de Defensa, José Pampuro, entre otros. Según se supo, hubo varios presentes que instaron al Presidente a evitar la expulsión de Baseotto y avanzar con una negociación de alto vuelo con el nuncio apostólico, Adriano Bernardini, quien había recibido el anterior pedido de Bielsa. Esto sería instar al Vaticano a desplazar a Baseotto sin necesidad de llegar a tener que echarlo o quitarle atribuciones de obispo castrense. Pero las fuentes consultadas dijeron que la decisión presidencial "prácticamente ya estaba tomada" y que "no habría vuelta atrás". Al parecer, Kirchner está muy molesto con las autoridades del Vaticano por no tomar cartas en el caso Baseotto y dejar que el silencio supere el exabrupto del obispo castrense. Baseotto acusó a González García de apología del delito por su propuesta de despenalizar el aborto y eligió un controvertido pasaje bíblico, del capítulo 18 del Evangelio de San Mateo, para referirse al ministro de Salud. Dijo que cuando el ministro repartía públicamente profilácticos, él recordaba el texto bíblico en el que el Señor afirma que "los que escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino en el cuello y lo tiren al mar". Ante estas aseveraciones, fue el viceministro de Salud, Héctor Conti, quien le respondió a Baseotto, al calificarlo de nuevo Torquemada. "Parece que monseñor mantiene bien aceitados sus contactos con los represores que sembraron a la Argentina de terror y muerte en épocas que creíamos desterradas. Sólo así puede entenderse que proponga la misma metodología de exterminio que el ex capitán [Adolfo] Scilingo con los que pensaban distinto", había dicho Conti. En la polémica carta dirigida al ministro de Salud, Baseotto había escrito: "La multiplicación de los abortos que usted propicia con fármacos conocidos como abortivos es apología del delito de homicidio". González García advirtió que la opinión de monseñor Baseotto "hace daño" porque "así, muchos piensan que los preservativos no sirven". No obstante, en su momento el ministro de Salud aclaró que mantiene una excelente relación con la Iglesia. A partir de la decisión presidencial de expulsar a Baseotto del ámbito castrense, pese a que la designación de los obispos es una atribución exclusiva de la Santa Sede, nadie apuesta a que la relación del Gobierno con la Iglesia pueda seguir siendo excelente, como dijo el funcionario. Sin hacer mención de la polémica con Baseotto, un grupo de obispos encabezados por monseñor Mirás ratificó días atrás la firme posición de la Iglesia en contra del aborto. Al mismo tiempo, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) reclamó el alejamiento del obispo castrense, al calificarlo como antisemita por declaraciones que habría formulado en 1986. Por Martín Dinatale De la Redacción de LA NACION Cronología 17 de febrero
El obispo castrense, monseñor Baseotto, le envía al ministro de Salud, Ginés González García, una carta en la que ratifica la posición de la Iglesia en contra del aborto. Cita un pasaje bíblico en el que se afirma que "los que escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar". También lo acusa de "apología del delito de homicidio" por propiciar "la multiplicación de los abortos". 19 de febrero
El ministro de Defensa, José Pampuro, citó al obispo castrense para pedirle explicaciones. "Este tipo de mensajes no ayuda a reencontrarnos y reconciliarnos. Y su gravedad se acentúa teniendo en cuenta la historia reciente del país", dijo. 21 de febrero
El presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, cardenal Renato Martino, envió a Baseotto un mensaje de solidaridad. Consideró "valientes y contundentes" sus palabras y dijo que los miembros de la Iglesia no pueden "callar ante las absurdas apologías que pretenden defender lo indefendible". 21 de febrero
Pampuro, se reunió con el obispo castrense y le expuso el desagrado del gobierno por sus dichos, a los que calificó de "una desafortunada alegoría bíblica". 23 de febrero
Kirchner instruyó al canciller Bielsa para que solicitara a la Santa Sede la renuncia del obispo castrense. "Deseo fervientemente que la renuncia se concrete. Si esto no es así, veremos las medidas a adoptar", dijo el canciller. 24 de febrero
Bielsa recibió en su despacho al nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, para transmitirle personalmente el pedido de Kirchner. 26 de febrero
González García reavivó la polémica al calificar a Baseotto de "mentiroso que se escuda en la Iglesia". El obispo le cuestionó que favoreciera "actos inmorales que ponen en riesgo la vida de muchos jóvenes". 28 de febrero
El obispo de Quilmes, monseñor Luis Stöckler, sugirió que el funcionario que debería ser separado de su cargo era Ginés González García. 7 de marzo
Once obispos de la región del Litoral, encabezados por monseñor Mirás, expresaron su firme rechazo a todo proyecto referido a la despenalización del aborto y criticaron a quienes "parecerían ignorar derechos humanos básicos", en alusión al ministro de Salud. 10 de marzo
En una carta al nuncio apostólico, la DAIA repudió las declaraciones "profundamente racistas y antisemitas" que en 1986, cinco años antes de ser obispo, expresó Baseotto en Santiago del Estero y reclamó que el Vaticano lo removiera del cargo.
La Nación.
Los conflictos entre la Iglesia y los gobiernos peronistas son inevitables. Tarde o temprano se hace difícil la convivencia entre una institución como aquella y un pensamiento profano como el bonapartismo, que aspira a abarcarlo todo.

Roberto Campos



Escraches presidenciales


Por James Neilson

Como buen sesentista, el presidente Néstor Kirchner parece haberse convencido de que el liberalismo económico es inseparable de las dictaduras militares y que por lo tanto quienes lo reivindican son forzosamente nostálgicos que sueñan con reanudar la guerra sucia contra los comprometidos con la vida. Dicha teoría está muy difundida en América latina donde muchos regímenes militares llegaron al poder, con el respaldo de amplios sectores sociales, en medio de crisis que fueron provocadas por la inoperancia patente de gobiernos populistas. A pesar de sus propios sentimientos antiliberales y anticapitalistas, los generales optaron por intentar aplicar las recetas que funcionaban bien en otras partes del mundo. Por este motivo, a políticos como Kirchner, además de sus comisarios ideológicos, les parece indiscutible que liberal es sinónimo de militarista y que por lo tanto es su deber irrenunciable desenmascarar a los criminales que con habilidad maquiavélica hablan de economía o de la libertad de expresión cuando lo que realmente quieren hacer es restaurar el Proceso.
Envalentonado por el resultado del canje, Kirchner aprovechó la ocasión para vituperar, con la dureza que es su marca de fábrica, a una larga lista de "gurúes" que a su entender militan en la vil secta neoliberal, dando nombres y apellidos para que no cupieran dudas en cuanto a quiénes tenía en mente: Daniel Artana, Jorge Streb, Manuel Solanet, Miguel Kiguel, Pablo Guidotti, Julio Piekarz, Carlos Melconian, Jorge Avila y José Luis Espert. Su puntería no fue muy buena porque muchos habían aludido a la oferta de canje hecha en Dubai, no a la versión dulcificada que eventualmente fue puesta en marcha, pero dicho detalle carece de importancia porque lo que buscaba Kirchner no fue polemizar en torno a la reestructuración de una parte de la deuda pública sino humillar en público a personas que a su juicio son irremediablemente malas. Se trata de una forma de "escrache" por ahora virtual que el gobierno y sus amigos podrían sentirse tentados a usar con mayor frecuencia en los próximos meses.
Del mismo modo que puso en su lugar a los gurúes que no habían manifestado su fe en la oferta de Dubai con el fervor debido, Kirchner optó por basurear a los miembros de una delegación de la Sociedad Interamericana de Prensa que se habían animado a criticar su relación con los medios, espetándoles: "No puede ser que vengan a decir cómo funciona la libertad de prensa, más ellos, que para imponer sus ideas mataron a periodistas, los secuestraron y hoy vienen a hablar en una forma absolutamente insostenible". Una vez más, el tirador santacruceño erró el blanco. La delegación no estaba conformada por asesinos y secuestradores sino por periodistas muy respetables. Además, la SIP fue una de las organizaciones internacionales que protestaron con vehemencia contra las barbaridades que cometía el régimen militar, pero sucede que en aquel entonces Kirchner estaba demasiado ocupado convirtiéndose en multimillonario comprando propiedades - según se dice, 21 en total - a endeudados insolventes como para prestar mucha atención a las violaciones de los derechos humanos o a los esfuerzos "antiargentinos" por frenarlas. La metamorfosis de Kirchner en paladín de los derechos humanos, siempre y cuando los perseguidos no sean cubanos, parece ser un fenómeno relativamente reciente, de ahí su necesidad de sobreactuar su nuevo papel, ensañándose con todo uniformado que encuentra en el camino y despotricando contra quienes en los años sesenta pensaron que los militares eran menos peligrosos que los castristas, guevaristas, maoístas y otros que fantaseaban con remodelar el país liquidando a los que consideraban superfluos.
Que Kirchner sea de temperamento un tanto autoritario no es preocupante. Como descubrió Fernando de la Rúa, la presidencia no es para hombres ecuánimes que no quieren quedar mal con nadie. Lo que sí preocupa es su evidente propensión maniquea a satanizar a sus críticos y adversarios, poniéndolos todos en una misma bolsa, como hicieron los izquierdistas –mejor dicho, los neofascistas– de las bandas "revolucionarias" de su década predilecta, que daban por descontado que sólo a un genocida nato se le ocurriría estar a favor de una economía de mercado.

Tal actitud tiene sus raíces en el catolicismo – el enemigo tradicional del liberalismo en todas sus formas – y en el marxismo xenófobo latinoamericano que a su manera ha servido para dar una apariencia moderna a muchos prejuicios ancestrales. Además de demorar, con consecuencias trágicas para centenares de millones de personas, la adaptación de las economías latinoamericanas a las circunstancias realmente existentes, el odio que sienten tantos por el liberalismo – "neoliberalismo" suena más perverso -, plantea el peligro de que en distintos países de la región, entre ellos la Argentina, se renueven las persecuciones ideológicas de otros tiempos. Al fin y al cabo, si para imponer sus nociones los "neoliberales" están preparados para matar, a un gobernante como Kirchner que sabe de qué esos delincuentes son capaces le correspondería tomar medidas igualmente contundentes para frustrar sus planes malignos.
La furia apenas controlable que se apodera de Kirchner y de sus allegados cuando piensan en lo inicuos que son los "gurúes neoliberales" y muchos comentaristas, encabezados por el subdirector de La Nación, José Claudio Escribano - a juicio de la gente del gobierno es la eminencia gris de la SIP -, tiene mucho que ver con las batallas de treinta años atrás. La verdad es que hasta ahora Kirchner ha disfrutado de una prensa bastante amistosa que lo ha tratado con mucho más respeto del que manifestó ante De la Rúa. Por lo demás, no ha experimentado nada que sea remotamente comparable con las diatribas cotidianas que tienen que soportar el presidente norteamericano George W. Bush o el primer ministro británico Tony Blair. Por cierto, si el dúo reaccionara con "dureza" kirchneriana frente a los resueltos a pintarlos como monstruos comparables con Hitler, el mundo entero se pondría a hablar de la transformación de los dos países anglosajones en dictaduras, pero por suerte ambos tratan con cortesía hasta a los periodistas más hostiles por entender que cualquier otra modalidad les sería contraproducente.
Puesto que Kirchner se cree en conflicto con la mayoría de los medios por motivos vinculados con su jihad contra el neoliberalismo, es sin duda natural que haya querido presionarlos manipulando la publicidad oficial para premiar, con dinero aportado por los contribuyentes, a quienes están con el bien y castigar a los partidarios del mal. Desde el punto de vista de la SIP, tal proceder es antidemocrático, pero conforme a la "izquierda" local la organización privilegia la libertad de empresa por encima del derecho de quienes se suponen voceros del pueblo a difundir sus planteos enfáticos, le interesen o no le interesen a la minoría que haya adquirido la costumbre anticuada de leer periódicos. Así las cosas, no sorprendería que el gobierno, azuzado por un enjambre de agrupaciones contrarias al capitalismo como tal, intensificaran las presiones contra los medios independientes. Tales presiones han asumido diversas formas. Además de la siempre útil manipulación de la publicidad oficial según pautas ideológicas, el Gobierno está en condiciones de incidir en la publicidad privada aconsejando a empresarios cortesanos a boicotear a los medios que no son de su agrado.
El que a pesar de que haber disfrutado de un buen trato por parte de la prensa Kirchner se haya ensañado tanto con la SIP, con el subdirector de La Nación, y con los "gurúes" que, obvio es decirlo, propagan sus herejías inmundas a través de las páginas de ciertos diarios y de la pantalla televisiva, es legítimo preguntarnos: ¿cómo actuaría si el clima cambiara y los medios comenzaran a atacarlo como sucede en otras latitudes? Es posible que pronto recibamos una respuesta a este interrogante. Gracias en buena medida al supuesto éxito del canje, seguirá calentándose la puja salarial, empresarios que pretenden "una rentabilidad desmedida" continuarán remarcando sus precios y las protestas de los depauperados por la inflación se harán más amargas, todo eso en un año electoral que no parece destinado a ser un paseo triunfal para las huestes transversalistas del presidente. En tal caso, el habitualmente irascible Kirchner tendrá motivos de sobra para enojarse con los que pondrán en su lista negra cada vez más larga de enemigos del pueblo merecedores de por lo menos un escarmiento verbal presidencial y, si es que realmente los cree relacionados con los represores de los años setenta, tal vez de algo decididamente más severo.
Noticias.

lunes, marzo 07, 2005

La aventura continúa

Por James Neilson

Según el presidente Néstor Kirchner, fue gracias a su dureza patriótica que "por primera vez en la historia argentina un proceso de reestructuración de deuda ha culminado con una drástica disminución del endeudamiento del país". Traducido al criollo, esto quiere decir que a su juicio acaba de derrotar por nocaut a una horda miserable de capitalistas extranjeros de ideas anticuadas que no contaban con su astucia. ¿Fue así? Sólo si uno se niega a diferenciar entre el Estado, que es una cosa, y el país, que es otra muy distinta, porque entre los derrotados por la dupla conformada por Kirchner y Roberto Lavagna se encuentran millones de jubilados argentinos actuales y futuros, además de aquellos italianos, alemanes y japoneses que no entendieron que antes de la llegada del santacruceño el país estaba en manos de una gavilla de estafadores. En cuanto a los grandes especuladores y los bancos, son tan duchos como cualquier político peronista en el arte de aprovechar las desgracias ajenas de suerte que en los más de tres años que transcurrieron entre la proclamación del default por el inolvidable Adolfo Rodríguez Saá y la salida declarada por Kirchner no les resultó demasiado difícil recuperar lo inicialmente perdido comprando a precio vil los papelitos de quienes no podían darse el lujo de esperar un día más. Como lamentaron los italianos, algunos bancos actuaron como "fondos buitres", lo que en su opinión los convirtió en cómplices del gobierno de Kirchner. En efecto, tan malo ha sido el impacto del manejo del default en Italia, que hasta hace poco fue el país más proargentino del mundo, que no sorprendería que sus legisladores aprobaran leyes destinadas a asegurar que cualquier intento de vender bonos argentinos sea considerado un delito.
De todos modos, ya que logró aplastar a los despreciados bonistas, Kirchner se propone poner en su lugar a las empresas extranjeras que se encargaron de ciertos servicios que fueron privatizados en la década infame más reciente, advirtiéndoles en su largo discurso ante el Congreso – ante muchos compañeros que habían festejado con júbilo el default original -, que en adelante tendrán que someterse a la Justicia argentina sin pensar en recurrir a aquellos tribunales internacionales que figuran en los "contratos del pasado". Puesto que en el mundo la reputación de la Justicia local es, ¿cómo decirlo?, un tanto equívoca - en una ocasión, un prohombre boliviano afirmó que no era más absurdo un ministerio de Asuntos Marítimos en su país que un ministerio de Justicia en la Argentina, pero se trataba de tiempos prekirchnerianos - , es comprensible que algunos ya estén pensando en aceptar la invitación presidencial de irse. Al fin y al cabo, no les faltan oportunidades en latitudes menos inhóspitas.
Pues bien: ¿Resultó el default ser un buen negocio para la Argentina y no meramente para sus gobernantes coyunturales? En los términos macroeconómicos que son habitualmente favorecidos por los "neoliberales", podría argüirse que sí, que en base a la maniobra iniciada por Rodríguez Saá y rematada por Kirchner el país se las arregló para ganar varias decenas de miles de millones de dólares aunque el monto total de la deuda sólo se ha reducido al nivel que ostentaba a fines de 2001. Sin embargo, si contabilizamos los costos sociales de lo hecho por los gobiernos que sucedieron al encabezado por Fernando de la Rúa, el balance no parece tan positivo. Pese a que la ruptura tanto del orden constitucional como de una multitud de "contratos del pasado" que llevaron a cabo los peronistas fue hecha en nombre de la igualdad que supuestamente había sido dinamitada adrede por los "neoliberales", la Argentina reestructurada por sus esfuerzos es un país que es llamativamente menos equitativo que el de hace diez años. ¿Cambiará pronto esta realidad? A menos que estemos por ser inundados de inversiones en una escala jamás vista, la "latinoamericanización" así supuesta resultará permanente.Por razones políticas, cuando no psicológicas, Kirchner eligió hacer de la economía el escenario de una lucha heroica entre la Argentina y un mundo que se resiste a entenderla. Se trata de una forma bastante eficaz de hacer más tolerable el fracaso histórico de una sociedad que no supo adaptarse a la segunda mitad del siglo XX y que, tal y como están las cosas, será igualmente reacia a intentarlo en la primera mitad del XXI, lo que hace prever que, no obstante las esporádicas rachas de crecimiento impresionante seguidas por caídas estrepitosas, a lo mejor el producto per cápita continuará aproximándose al nivel actual que, no lo olvidemos, es equiparable con el alcanzado treinta años o más atrás. Lo que sí cambiará será el reparto: los más ágiles, productivos o vivos que se queden lograrán acompañar a los exitosos del Primer Mundo, dejando a los demás conformarse con las sobras.
Como muchos gobiernos anteriores, el de Kirchner cree en los grandes golpes salvadores, aquellos que marcan un antes y después, de los que el canje triunfante habrá sido uno. Tal actitud, propia de un jugador, ha contribuido mucho a la decadencia que el presidente actual, como tantos otros, atribuye a la ceguera y venalidad de quienes lo precedieron en la Casa Rosada. Aunque es de suponer que los beneficios arrojados por lo que con modestia califica de "la mejor negociación de la historia" sean mayores y más duraderos que los producidos por el pacto también histórico que iba a celebrarse con China, no tardarán mucho en esfumarse si la clase dirigente la toma por la culminación de un esfuerzo, no por un punto de partida. Ya que para el Gobierno el año electoral que está en marcha ha comenzado con el balde lleno de agua helada que le fue tirado en la cara por los santiagueños, la tentación de buscar formas subrepticias de emitir más dinero que lo aconsejable para ayudar a los compañeros será con toda seguridad muy fuerte. Asimismo, al difundirse la idea de que lo peor ya haya pasado y la recuperación se haya hecho irrefrenable, la puja salarial se intensificará y con ella la inflación.
Para aprovechar un canje cuyo éxito dependió de la convicción generalizada de que no valdría la pena apostar a que un día un gobierno argentino pensara en pagar deudas asumidas por otros, Kirchner tendría que persuadir a los "mercados", empezando con sus sucursales locales, de que de ahora en adelante todo será distinto, que tanto su propio gobierno como los de sus sucesores honrarán los compromisos, que en las décadas próximas los superávit fiscales serán rutinarios y que la Justicia dejará de amoldarse a las exigencias del mandamás de turno para que "seguridad jurídica" sea más que una aspiración que siempre conviene postergarse ¿Lo logrará? No sabremos la respuesta a este interrogante fundamental hasta que el país haya disfrutado de algunos años de manejo económico ejemplar – izquierdista o derechista, dará lo mismo -, pero si andando el tiempo se recae en los vicios tradicionales el default del que según Kirchner el país ha salido distará de ser el último.
En su batalla contra los acreedores, Kirchner pudo contar con el respaldo o, por lo menos, la neutralidad de la mayoría de los gobiernos del llamado Grupo de los Siete – los países más ricos – que por motivos geopolíticos temían que la Argentina cayera en el caos o, peor, que tratara de liderar una rebelión regional contra el orden financiero internacional imperante. Puede que su actitud comprensiva resulte contraproducente. Lo sería si la izquierda latinoamericana tome el resultado inmediato del canje por evidencia de que rehusar pagar las deudas es en verdad una muy buena idea, además de ser justo, para intentar obligar al presidente brasileño Luiz Inácio "Lula" da Silva a intentar renegociar las suyas, desatando de tal modo una nueva crisis que afectaría a toda una región que ya se ha visto muy perjudicada por el default argentino.
En otros tiempos, un desafío de este tipo tendría repercusiones graves para el mundo entero, pero en los que corren los más lastimados serían los latinoamericanos mismos. Desde que la Argentina entró en default, China y la India se han erigido en las nuevas tierras de promisión para los inversores de todo el planeta, con el resultado de que si partes de América latina optaran por marginarse los deseosos de ver multiplicar sus dólares, euros, libras o yenes no perderían el sueño. Antes bien, por ser sus ambiciones meramente económicas, tales inversores abandonarían sin lágrimas una región que muchos ya juzgan irremediablemente díscola para que en ella prueben suerte los motivados por factores netamente políticos, como los chinos, que por estar interesados en asegurarse suministros cada vez mayores de las materias primas que tanto necesitan, y por tener menos inhibiciones a la hora de aplicar las presiones que les parezcan apropiadas, estarán más dispuestos a arriesgarse.
Noticias

Un weblog es admitido en la Casa Blanca

El creador del weblog FishbowlDC consiguió la acreditación para participar de la reunión diaria con el Secretario de Prensa.

Roberto Gómez.De la Redacción de Clarín.com.

Garrett Graff un “blogger” que mantiene su weblog sobre medios, fue admitido hoy por la Casa Blanca, convirtiéndose en el primer escritor de bitácoras que logra conseguir una credencial oficial para la reunión diaria con el secretario de prensa Scott McClellan.El joven de 23 años mantiene FishbowlDC y desde allí le dio las gracias a los “periodistas reales” que lo asesoraron en su primera visita a la Casa de Gobierno estadounidense. Conociendo la animadversión que existe entre la prensa tradicional y los “bloggers” ésta aclaración demuestra que Graff está muy al tanto de las internas de la web.“Es una hermosa (y quizás hasta una histórica) mañana aquí en Washington” escribe Graff en su weblog y comenta cuáles fueron las peripecias para poder sentarse como un periodista más en la Casa Blanca.En total realizó más de 20 llamados a la oficina de prensa de la Casa de Gobierno, logrando obtener el pase luego de 4 días de negociaciones.Este debut de un blog dentro de la Casa Blanca no es casualidad, es la consecuencia del escándalo que hace pocas semanas se destapó alrededor de Jeff Gannon, un periodista que había hecho un curso de dos semanas y que, casualmente, siempre hacía preguntas condescendientes al presidente George Bush.Gannon usaba este apellido con soltura dentro del Salón Oval pero en su licencia de conducir figuraba su nombre real: James D. Guckert. Siguiendo estas pistas los bloggers descubrieron que Jeff Gannon ofrecía servicios sexuales como taxi boy en páginas de Internet con connotaciones militares.El asunto salpicó a la Casa Blanca que terminó negándole el permiso a Gannon y alimentó las sospechas de la prensa en cuanto a que el periodista era un “topo” introducido por el mismo Partido Republicano para hacer preguntas indulgentes al presidente Bush.

Clarín.

viernes, marzo 04, 2005

Kirchner volvió a cuestionar a la SIP por su informe sobre la libertad de expresión

“Cada uno tiene derecho a decir lo que quiere, pero nosotros también”, afirmó el Presidente. Y el jefe de Gabinete reclamó “un debate más serio” sobre el tema.


El Gobierno no termina de digerir el informe de la SIP que cuestionó la política oficial hacia los medios de comunicación. Y la mejor prueba es que, luego de la fuerte respuesta del Presidente ayer hoy el propio Kirchner y el jefe de Gabinete subieron la apuesta con nuevas declaraciones sobre el tema.
En un acto esta mañana en la Casa Rosada, convocado originalmente para firmar el convenio de construcción de una planta de cemento en la localidad santacruceña de Pico Truncado, el Presidente tuvo algunas referencias hacia el cierre del canje de deuda. Pero inmediatamente después detuvo su análisis en el duro informe de la Sociedad Interamericana de Prensa. (Archivo 03/03/2005)
"Yo soy defensor de la libertad de prensa, de la verdad relativa, de la conducción de los consensos. Pero tengamos buena memoria porque no puede ser que nos vengan a decir cómo funciona la libertad de prensa aquellos que para imponer sus ideas mataron, asesinaron, secuestraron y hoy nos quieren venir a hablar de estos temas en forma casi insostenible", expresó Kirchner.
También leyó un artículo que atribuye la propiedad de diferentes medios en Uruguay a la Secta Moon y al Opus Dei. Y enfocó en particular sus dardos contra Danilo Arbilla, integrante de la comisión que realizó la investigación sobre la situación de los medios en Argentina. Lo acusó, entre otras cosas, de estar vinculado al ex presidente Juan María Bordaberry, que comenzó como presidente democrático pero terminó como líder de un gobierno cívico-militar.
Más temprano, Alberto Fernández replicó nuevamente a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y le reclamó "un debate un poco más serio" sobre la política del Gobierno hacia los medios de comunicación.
En declaraciones radiales, el jefe de Gabinete negó que el Gobierno esté "obsesionado" con la crítica del periodismo. "No es la crítica, es la diatriba; es la mentira", advirtió Fernández.

Clarín.






Tabaré Vázquez dijo que el programa de su gobierno no será socialista


El mandatario aseguró que será "nacional, con toda la ciudadanía".

Claudio Mario Aliscioni. MONTEVIDEO ENVIADO ESPECIAL
En su primera conferencia con la prensa extranjera tras su asunción, el último martes, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez sostuvo que el programa que defenderá en su gobierno "no es socialista"."No es un programa socialista sino nacional, con toda la ciudadanía", dijo, y enfatizó que "busca, por el camino de la solidaridad y el crecimiento económico, llevar adelante un país productivo, sostenido y sostenible, con justicia social".Vázquez anunció además que en una primera etapa dirigirá "personalmente" la tarea de esclarecer el destino de los desaparecidos durante la última dictadura (1973-1985) y anticipó que su gobierno respetará la decisión del Poder Judicial en caso de que deba dar curso a pedidos de extradición contra militares acusados de haber violado los derechos humanos."Esta cuestión es algo que los uruguayos debemos solucionar pacíficamente, racionalmente. Es una herida que está abierta en el seno de la sociedad uruguaya. Por eso he resuelto, tal como lo establece la Ley de Caducidad, como presidente de la república, en una primera etapa, asumir personalmente la conducción de esta situación", dijo Tabaré.El mandatario aludió así a la ley, votada en 1986 y refrendada por la ciudadanía en un plebiscito en 1989, que exime a los militares de ser juzgados pero habilita a investigar qué fue de los desaparecidos. El tema cobra actualidad porque el Frente Amplio —la coalición del mandatario— prometió en la última campaña electoral aclarar la cuestión. Los anteriores gobiernos se mostraron renuentes a hacerlo. En los próximos días, el gobierno enviará técnicos a distintos cuarteles, donde se presume que podría haber enterrados restos humanos. La dictadura dejó un saldo de al menos 38 desaparecidos. Otros 182 casos fueron denunciados en la Argentina, 8 en Chile, dos en Paraguay y una en Brasil."Creemos que en este momento están dadas todas las condiciones para aclarar el tema", respondió Tabaré cuando se le preguntó por el compromiso que había asumido ante su par argentino, Néstor Kirchner, el miércoles, de investigar lo sucedido con la nuera del escritor Juan Gelman, desaparecida en 1976. El mandatario argentino se mostró siempre muy disconforme con la escasa recepción brindada al caso por el antecesor de Vázquez, el colorado Jorge Batlle.Vestido con un traje claro e impecablemente peinado como es su estilo, Tabaré respondió una veintena de preguntas formuladas por 50 periodistas que fueron convocados a la Casa de Gobierno. Cuando la índole puntual de los temas así lo requería, el presidente cedió la palabra a su ministro de Economía, Danilo Astori, a su canciller, Reinaldo Gargano o a su vice, Rodolfo Nim Novoa.En un momento de su intervención, el mandatario aludió a las precarias condiciones económicas de la región señalando que habían surgido gobiernos en Argentina, Brasil, Chile y Venezuela unidos por una ideología común y preocupados por los temas sociales. "Pese a las riquezas de América latina, es aterrador el nivel de pobreza, lo cual despierta la violencia por los manejos inhumanos de la economía", comentó. "Este es el momento para recuperar el pensamiento libertador de América latina. Un proyecto político propio para mejorar el nivel de vida, más equitativo", señaló al enumerar uno de los "desafíos" de su gestión.Ante una pregunta de Clarín, el presidente uruguayo desmintió que hubiese "preocupación" en el gobierno de Estados Unidos, según dijeron voceros del Departamento de Estado, porque Uruguay reanudó el martes las relaciones diplomáticas con Cuba, suspendidas en 2002. "Ayer me reuní con el embajador estadounidense y no se planteó la cuestión", afirmó.
Clarín