El Universal

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miércoles, marzo 16, 2005

El Código Da Vinci: el Vaticano recomendó que "no lo compren y no lo lean"



La Iglesia dice que el libro tiene mentiras y errores. Por eso, un posible sucesor del Papa dijo que se trata de "un intento deliberado de desacreditar a la Iglesia Católica".

Socorro Estrada.

jerarquía de la Iglesia Católica rompió ayer el silencio sobre uno de los libros más vendidos del mundo, El Código Da Vinci. "No lo lean ni compren" pidió el influyente y papable cardenal Tarcisio Bertone, arzobispo de Génova, en declaraciones a Radio Vaticano. Bertone, que calificó al libro como "un castillo de mentiras", sostuvo además que la novela le recuerda a "los desmesurados panfletos anticlericales del siglo XIX" y que existe una suerte de estrategia mundial armada para su divulgación.Sus declaraciones responden, según dieron a conocer ayer diferentes medios especializados, a una avanzada de la Iglesia en contra de la novela de Dan Brown. Una "cruzada" que concretará su segundo paso con la realización de una serie de conferencias públicas convocadas por Bertone —la primera de ellas para hoy, en Génova— con el objeto de "esclarecer las teorías fantásticas del autor que atacan la doctrina de la Iglesia Católica".¿Qué molesta tanto de El Código Da Vinci como para que a casi dos años de su lanzamiento se inicie esta cruzada? Fundamentalmente, que a través de un relato de ficción, un thriller religioso, se haya contribuido a difundir el esoterismo a nivel popular. El libro de Brown relanza teorías teológicas basadas en los evangelios gnósticos que sostienen que la Iglesia Católica no es la que fundó Jesús y su mensaje no es el de Cristo. "El Código hará con el gnosticismo lo que Las nieblas de Avalón hizo con el paganismo: le hizo ganar la aceptación popular. Después de todo, ¿cuántos lectores van a ver mentiras y errores presentados como verdades escondidas?", alertó en 2004 la medievalista y periodista católica Sandra Miesel en su artículo "Desmantelando al Código Da Vinci", que tuvo una gran aceptación en los círculos católicos. Y la difusión de tales teorías no es poca cosa en una época en la que se ha establecido una auténtica batalla por los significados en el campo religioso occidental. Según el especialista que protagoniza la novela de Brown, Robert Langdon, Jesús de Nazaret no es Dios y ningún cristiano pensaba que lo era hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325. Dice, además, que tuvo como compañera sexual a María Magdalena. Y que los hijos de ambos, portadores de su sangre, son el Santo Grial y los fundadores de la dinastía Merovingia francesa. Custodiada por los Templarios, que la defienden de los ataques de la Iglesia Católica y del Opus Dei, un grupo ocupado en ocultar tanto la descendencia de Cristo como el importante rol que tuvo la mujer en los comienzos del cristianismo.Esas especulaciones, repetidas en los 25 millones de ejemplares que lleva vendidos El Código, han alterado el ánimo de más de uno durante el último año. Anticipándose a Bertone, el obispo chileno Juan Ignacio González pidió en agosto de 2004 a los católicos que no compren ni lean el libro. Y en México, en tanto, un sacerdote miembro de la Conferencia Episcopal sostuvo que el libro de Brown era una blasfemia. El hecho de que la novela se haya mantenido en el primer lugar de los rankings de libros más vendidos por más de 18 meses generó también una avanzada de publicaciones que salieron a responder a Brown desde distintos frentes. Las claves del Código Da Vinci, es una investigación periodística que llegó a la Argentina desde España y trabaja sobre la veracidad histórica de los relatos de Brown. Más allá del Código Da Vinci, escrito por la estadounidense Rene Chandelle, busca resolver el misterio abordando sus tesis religiosas y esotéricas. Y Verdad o ficción fue publicado por varios autores argentinos para ofrecer nuevas respuestas. Sin embargo, hasta ahora, la mayor jerarquía de la Iglesia Católica había evitado opinar. Por eso las declaraciones de ayer, cargadas de las tendencias preconciliares, recordaron a muchos los años duros en que el Vaticano excomulgaba a escritores y científicos por sus ideas, tras crear en 1556 el llamado Index librorum prohibitorum o Indice de libros prohibidos. "Es sólo una novela, una historia de ficción" se defiende el autor del libro en su página en Internet, donde además rechaza las acusaciones de anticristianismo y asegura que se esforzó por "describir de manera equilibrada al Opus Dei". "No hay que hacerse problema. Los argumentos del autor no tienen ni pies ni cabeza", sostiene desde una postura mucho más conciliadora el sacerdote biblista argentino, Luis Rivas, uno de los autores de Verdad o ficción. Y suena, cómo negarlo, mucho más sensato. ¿O acaso este intento de censura por parte de la Iglesia no hará que hoy mismo se vendan muchos más libros de El Código que ayer, más allá de su escaso valor literario?
Clarín.