El Universal

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martes, enero 18, 2005

La mediación, una buena salida para los conflictos vecinales

Se pueden resolver problemas como ruidos molestos, filtraciones o temas de consorcio. A través de reuniones entre las partes se busca que lleguen a un acuerdo. El servicio es gratuito y evita ir a un juicio.

Pablo Novillo.

La vecina vivía en un primer piso, justo encima de la entrada al garaje del edificio. Cada vez que un auto ingresaba, el ruido metálico del portón al levantarse se volvía insoportable. Como no había tenido respuesta de parte del consorcio, decidió ir por ayuda. En el CGP N° 4 le comentaron que su caso podía pasar por una mediación. Y así fue: en una sesión con la administradora del edificio, el consorcio se comprometió a arreglar el motor que alzaba el portón y a colocar algún material aislante para disminuir el ruido. La señora duerme hoy un poco más tranquila.Como ella, muchos porteños (sus nombres no se dan para mantener la confidencialidad) resolvieron conflictos gracias a la charla y el acuerdo. La mediación parece ser un buen método: de los 1.783 casos tratados en 2004, en el 78,5% hubo una solución acordada por las partes. Según explicaron en la Comuna, los casos y el porcentaje de éxito se mantienen con respecto a 2003.El Plan de Mediación Comunitaria nació en 1997 para resolver conflictos vecinales y desagotar a la Justicia de temas menores que pueden solucionarse antes dialogando. En general, comentan las autoridades, lo aprovechan vecinos de clase media o baja, a los que se les complica económicamente sostener un juicio. La mediación que se ofrece en los 16 CGP porteños es gratuita. Los problemas son claramente barriales: discusiones por ruidos, mascotas que molestan, filtraciones y manchas de humedad o árboles cuyas hojas ensucian la casa de al lado, entre otros.Ejemplos hay muchos. Adrián Escouteloup, mediador del CGP N° 4, contó: "En una ocasión, una señora que vivía en un PH se quejaba porque los hijos del vecino jugaban en el pasillo y lo ocupaban con sus bicicletas. Habían discutido mucho, hasta se insultaban. Vinieron y se reunieron un par de veces. Llegaron a un acuerdo: los chicos no ocuparían tanto el pasillo y ella no protestaría permanentemente".Los casos varían según los barrios. En los lugares con muchos edificios (Congreso, Almagro, Caballito) lo más común son los problemas típicos de consorcios. En el Norte (Recoleta, Palermo) un clásico son las discusiones con vecinos por las mascotas. "Una vez —recordó Escouteloup— vino gente que se quejaba porque una vecina tenía 20 gatos, y el olor y los ruidos eran insoportables. La mujer terminó llevando a algunos animales a una asociación protectora".La mediación también sirve para atender problemas "múltiples". Por ejemplo, hace un año vecinos y comerciantes de la avenida Mosconi protestaban porque el corso que organizan instituciones de la zona, y que avala la Ciudad, los molestaba y les hacía perder plata ya que debían cerrar los negocios. Tras una sesión de mediación con representantes del Gobierno, se logró que este año el corso pase por otras calles.Hay algunos temas que la mediación no puede tratar: delitos, divorcios o cuestiones de dinero, como contratos incumplidos o expensas impagas. De estas situaciones se ocupa el servicio de mediación que brinda el Ministerio de Justicia.Si un vecino quiere resolver un problema debe comunicarse con el CGP de su barrio. Si se puede tratar con mediación, se le enviará una carta a la otra parte involucrada y se acordará una fecha para el encuentro. Habitualmente, los problemas se resuelven en no más de tres sesiones. Acudir a la mediación no es obligatorio, así como tampoco hay sanciones si el acuerdo al que se llegue finalmente no se cumple. Es una cuestión de buena voluntad, aunque siempre queda abierta la chance de iniciar luego una demanda judicial. En la Ciudad hay 20 mediadores (abogados y psicólogos), que en general no proponen un acuerdo sino que guían a las partes para que surja de ellas. Y, así, puedan entender que la mejor manera de resolver un problema es con el diálogo.
Clarín.