En la República Cromañón
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Por James Neilson
Aún no se ha apagado el incendio que convirtió al boliche Cromañón en un infierno en el que morirían casi doscientos jóvenes. Sigue ardiendo y esporádicamente echa llamas que destruyen otra parte de un tejido social ya desgarrado por un colapso económico traumático del que, las proezas macro que tanto impresionan a la opinión pública no obstante, el país dista de haberse recuperado y que lo marcará para siempre. Reparar el maltrecho tejido social debería ser la prioridad principal del gobierno nacional porque ninguna sociedad puede funcionar, y ni hablar de levantarse, sin un mínimo de confianza en sus propias instituciones, pero, como señaló el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, son demasiados los políticos proclives a tratar de "conseguir votos sobre la base de una desgracia pública de esta magnitud, de una tragedia que es la mayor que ha sufrido la Ciudad de Buenos Aires desde 1955".
Por James Neilson
Aún no se ha apagado el incendio que convirtió al boliche Cromañón en un infierno en el que morirían casi doscientos jóvenes. Sigue ardiendo y esporádicamente echa llamas que destruyen otra parte de un tejido social ya desgarrado por un colapso económico traumático del que, las proezas macro que tanto impresionan a la opinión pública no obstante, el país dista de haberse recuperado y que lo marcará para siempre. Reparar el maltrecho tejido social debería ser la prioridad principal del gobierno nacional porque ninguna sociedad puede funcionar, y ni hablar de levantarse, sin un mínimo de confianza en sus propias instituciones, pero, como señaló el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, son demasiados los políticos proclives a tratar de "conseguir votos sobre la base de una desgracia pública de esta magnitud, de una tragedia que es la mayor que ha sufrido la Ciudad de Buenos Aires desde 1955".