El Universal

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viernes, febrero 11, 2005

Rechazan el pedido de un hombre para aplicar la eutanasia a su mujer

Está en estado vegetativo desde hace 5 años, cuando dio a luz a su cuarto hijo.


Fabián Debesa. LA PLATA. CORRESPONSALIA

Luego de un extenso debate jurídico, la Suprema Corte bonaerense rechazó un pedido para aplicar la eutanasia a una mujer de 38 años que permanece en estado vegetativo desde hace más de cinco años.El pedido para interrumpir la alimentación e hidratación artificiales a la paciente fue solicitado por el propio esposo, ante el Tribunal de Familia número 2 de San Isidro. En primera instancia los jueces negaron la petición. Entre otros argumentos, porque los padres y hermanos de la mujer no estaban de acuerdo con esa decisión.El expediente llegó hasta la Corte provincial y los siete ministros que intervinieron en el caso rechazaron —con distintos fundamentos— el reclamo del marido. En Tribunales explicaron que el fallo es coincidente con la jurisprudencia de la Corte Suprema de la Nación.De acuerdo con la sentencia a la que tuvo acceso Clarín, M. d C. S. (sólo figuran las iniciales de la enferma para preservar su intimidad) tuvo severos trastornos respiratorios que derivaron en una encefalopatía y convulsiones generalizadas en julio de 1998. Fue después de dar a luz a su cuarto hijo. Entonces, tenía 32 años.Enseguida, los médicos tuvieron un diagnóstico desalentador: "Daño cerebral irreversible; sólo se observa vida vegetativa, no puede comprender sus actos ni dirigir sus acciones". Por eso, M. G., el cónyuge de la mujer inició en San Isidro —cinco meses después del accidente cerebral— una causa para declarar la insanía de su esposa y para hacerse cargo de la curatela. El Tribunal de Familia accedió.En mayo de 2002, el mismo organismo judicial rechazó a M. G. el primer pedido de eutanasia.Entre los argumentos a favor de interrumpir el tratamiento médico, el esposo incorporó declaraciones de amigos y allegados que aseguraban que "M. d C. nunca hubiera querido vivir así". También adjuntó una opinión de un obispo, quien habría apuntalado la posición del marido: "Estoy de acuerdo con la posición de otros sacerdotes que consultaste y que entienden que es moralmente aceptable dejar morir a tu esposa", transcribió el hombre en uno de los escritos.El dictamen de la Corte provincial incluye jurisprudencia comparada y consideraciones sobre los derechos "personalísimos" —como el derecho a la vida— consagrados en la Constitución Nacional. "En EE.UU. y Gran Bretaña está contemplada la posibilidad de que un representante legal o los familiares decidan por un paciente a través del testamento vital. Eso no está previsto en nuestras leyes", explicó el juez Juan Carlos Hitters. Después agrega: "El derecho a la vida impone que siempre debe optarse por la solución más favorable a su prolongación".También los jueces evaluaron las discrepancias entre los familiares, porque no todos estaban de acuerdo con la suspensión del tratamiento. "No me encuentro en condiciones —como juez— de proveer una autorización para la muerte", concluyó Hitters.El esposo, en su presentación había planteado que "ella merece morir dignamente y no permanecer en forma indefinida y subhumana en la vida vegetativa".Un ministro del Tribunal Superior rebatió ese fundamento. "El derecho a vivir y morir con dignidad, sólo puede ser ejercido por su titular", consideró el ministro Francisco Roncoroni.Eduardo Pettigiani —otro de los jueces que intervino en el debate— sostuvo que "si se les dejara elegir a los enfermos, decidirían por la obstinación más que por el abandono". Con otros sustentos jurídicos, éticos y religiosos votaron contra el pedido de eutanasia Héctor Negri, Hilda Kogan, Luis Genoud y Daniel Soria.

Clarín.