El Universal

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domingo, enero 30, 2005

Los iraquíes votaron masivamente pese a la violencia


CUSTODIA. Soldados estadounidenses y efectivos iraquíes vigilaron el ingreso a todos los centros de votación. (Foto AP)


La participación electoral superó las expectativas oficiales. La jornada, igualmente, estuvo teñida de sangre: hubo al menos 36 muertos en distintos atentados. El jordano Al Zarqawi, líder de Al Qaeda, se adjudicó los ataques. Los resultados recién se darán a conocer dentro de una semana.
Las primeras elecciones libres en Irak después de 50 años cerraron con una alta participación y el sonido de las bombas como fondo: pese a los continuos ataques de los rebeldes hubo una masiva afluencia de votantes, superando las expectativas oficiales. Según informó un vocero de la Comisión Electoral apenas cerradas las mesas, la participación alcanzó el 72 por ciento. Pero más tarde se ajustaron las cifras y la estimación bajó a un 60 por ciento del electorado. La cifra, igualmente, es muy alta: las autoridades temían que los ciudadanos no se acercaran a las urnas debido a las amenazas lanzadas por grupos rebeldes. En algunas ciudades, como Najaf, votó más del 80 por ciento de los inscriptos, mientras que en algunos barrios de Bagdad la asistencia superó el 90 por ciento. Los votantes fueron principalmente shiítas y kurdos. Los sunnitas, que representan el 20 por ciento de la población, se mantuvieron en su gran mayoría lejos de los centros de votación. Los 5.200 locales habilitados para votar estuvieron protegidos por medidas de seguridad sin precedentes en la historia del país. Las autoridades iraquíes calificaron la jornada como "exitosa". Sin embargo, hubo al menos 36 muertos y 96 heridos en distintos atentados, la mayoría ocurridos en Bagdad. Para votar, los más de 13 millones de iraquíes inscriptos tuvieron que atravesar estrictos controles, que incluyeron dos cacheos antes de llegar a las urnas. El primero se realizó a unos diez metros antes de entrar en los colegios electorales, mientras que el segundo se llevó a cabo en la puerta misma de los locales. Muchos iraquíes desafiaron las amenazas rebeldes y se acercaron sin temores a los centros de votación. "No tengo miedo. No creo que nos vayan a matar. Esto que hacemos es necesario para el futuro de nuestro país", dijo Siray Al Safar, un estudiante shiíta de 20 años, poco después de emitir su voto. Ahmed al Rubai, un abogado de 38 años que fue a sufragar con su mujer y su hijo de un año y medio, manifestó, por su parte, que "no tenemos miedo, los que ponen bombas no son rebeldes ni insurgentes. Sencillamente se trata de gente que no tiene conciencia". La jornada, cargada de tensión, mostró a una Bagdad de calles desiertas. Patrullas militares estadounidenses, con el apoyo de los servicios de seguridad iraquíes, patrullaron celosamente la capital iraquí, impidiendo la circulación de automóviles. Todo, para prevenir los ataques de los grupos que intentaron boicotear la elección. Entre otras medidas, también se decidió el cierre del aeropuerto internacional, mientras que se cortó el tráfico interprovincial en las principales rutas del país. Sin embargo, los rebeldes provocaron al menos 36 muertos en distintos atentados. Esta vez, utilizaron todo tipo de tácticas: desde ataques suicidas hasta fuego de mortero. El oeste de Bagdad fue una de las zonas más afectadas, ya que allí murieron 21 personas en diferentes emoboscadas. Los ataques fueron reivindicados por el grupo del jordano Abu Moussab al Zarqawi, uno de los líderes de Al Qaeda, quien en un comunicado difundido a través de Internet dijo ser el autor de varios de los atentados. "Nuestros leones atacaron varios colegios electorales en Bagdad y en otras ciudades de Irak", se afirmó. Ayer, habían advertido a los ciudadanos iraquíes que "no se acerquen a los centros del ateísmo y del vicio", tal como calficaron a los centros de votación. Los principales dirigentes del gobierno de transición iraquí votaron en la llamada "Zona Verde" de Bagdad, donde se encuentran los edificios gubernamentales y la Embajada de EE.UU. Uno de los primeros en hacerlo fue el presidente interino, Ghasi al Yawar, quien calificó la jornada como "un día bendito" e instó a sus compatriotas a ir a votar. Desde Washington se expresó satisfacción por el resultado de la jornada electoral. "Se desarrollan mejor de lo esperado", dijo la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, poco antes del cierre de las mesas. "Lo que estamos presenciando aquí es el surgimiento de una voz de libertad iraquí", completó. Los primeros datos provisorios de la elección recién se darán a conocer en una semana. Se estima que la shiíta Alianza Unida Iraquí (UIA), que cuenta con el respaldo de los clérigos locales, obtendría la mayoría en la nueva asamblea nacional de Irak. Los shiítas representan el 60 por ciento de la población iraquí, mientras que los sunitas suman el 20 por ciento.
Clarín.


Video -Gustavo Sierra en Irak - Clarín