El Universal

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martes, enero 25, 2005

León Ferrari decidió levantar su muestra por las amenazas recibidas

Cierra así una muestra que estuvo unos días clausurada por la Justicia y que generó tensión entre la Iglesia y el Gobierno de la Ciudad. El artista le dijo a Clarín que está "agobiado por las amenazas".

Ana María Battistozzi. ESPECIAL PARA CLARIN
En un principio estuvo pensada como una muestra de verano, de esas que tranquilamente pueden durar unos tres meses. Pero está claro que no fue así. Demasiada tensión. Muchas amenazas. Y yo tengo energía, pero hasta cierto punto. No daba más", admitió León Ferrari al explicar las razones del cierre anticipado de su muestra, que se dio a conocer ayer. Para sorpresa generalizada, ya que —según informó en un comunicado el Centro Cultural Recoleta— la decisión respondió a una iniciativa del propio artista.En una carta remitida a Nora Hochbaum, directora del Centro, Ferrari justificó su decisión en las sucesivas amenazas recibidas durante las últimas semanas, que obligaron a desalojar varias veces las salas de exhibición con policía y perros y crearon un clima de tensión que, según el artista, "perturba el normal desenvolvimiento de la institución". En su texto, Ferrari se declaró sin embargo profundamente satisfecho por los logros de la muestra en los dos meses de exhibición. Y no sólo por la concurrencia (que hasta el domingo rondaba las 53 mil pesonas ) y la repercusión periodística que tuvo, en el orden nacional e internacional, con más de 400 artículos publicados, algunos en el diario El País de Madrid y Le Monde de París. Más importantes aún, para Ferrari son los debates que suscitó. Cuestiones sobre religión, historia, política cultural y sobre la libertad de expresión, un tema caro a la cultura contemporánea que se manifestó en sentencias contra la censura que además sentaron jurisprudencia. En esto coincidieron varios intelectuales que celebraron en ella un inédito disparador de ideas en el adormecido panorama de la cultura contemporánea argentina. Entre ellos, el escritor Abelardo Castillo, que destacó la importancia de que se haya recuperado el debate en estos días: "No se trata de si Ferrari es bueno o malo. Aquí se manifestó un problema religioso, un problema ético, un problema histórico y un problema estético", declaró recientemente a la revista Ñ.Para Nora Hochbaum, directora del Centro Cultural Recoleta, que aceptó la decisión de Ferrari, con la consecuencia de dejar la sala más importante de Recoleta vacía hasta final de febrero, los logros que computa tampoco fueron menores. "Hemos organizado y sostenido la retrospectiva de uno de los grandes artistas argentinos. Una muestra de nivel internacional, que no cualquier institución estaba en condiciones de organizar. Estamos orgullosos de la calidad de la investigación que la precedió, del montaje y sobre todo de los debates que generó sobre tópicos tan importantes como los límites del arte o el rol que le cabe al Estado en defender la libertad de expresión". Igualmente satisfecho y solidario con la decisión del artista se mostró el Secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad, Gustavo López. "De ningún modo vivimos esto como un duelo. Acompañamos al artista en su decisión, del mismo modo que sostuvimos su muestra ante los embates de la censura. Para nosotros este proceso fue altamente positivo, no sólo por la repercusión que esta muestra organizada por el Centro Cultural Recoleta tuvo en el país y en el mundo entero sino porque generó una jurisprudencia interesante a favor de la libertad de expresión".Pocas veces un hecho cultural reciente generó partidarios y detractores tan fervientes. Consciente del sólido apoyo que despertó entre sus colegas, Ferrari se reunió la semana pasada con muchos de ellos y de algún modo les adelantó su intención. "Muchos de los que me apoyaron quizá se sientan desfraudados, reflexionaba Ferrari ayer. Quizá piensen que aflojé y probablemente tengan razón. Así también los que me enfrentaron podrán sentir que ganaron y lograron su objetivo. Yo siento que con esta retrospectiva se cumplió satisfactoriamente un ciclo y unos objetivos. Ahora me dedicaré a los textos que aparecerán en Prosa política", que publicará proximamente en una colección que dirige la curadora de la muestra Andrea Giunta en la editorial Siglo XXI.Allí incluirá algunas de las respuestas que elaboró durante estos 60 días y formaron parte del frondoso material polémico que generó la muestra. Mientras tanto, para quienes aún no la hayan podido ver, la exposición extenderá su horario de visita. De mañana al viernes de 12 a 22 y el sábado, día de cierre, permanecerá abierta de 10 a 21.
Clarín

SENTIMIENTOS HERIDOS. LA OBRA HACIA UN USO CONTROVERTIDO DE IMAGENES RELIGIOSAS. (Foto: Roberto Ruiz)