Sigue la polémica por la exposición de Ferrari en el C.C. Recoleta
Lejos de dar por concluida la polémica por la exposición de León Ferrari en un centro cultural del Gobierno la Ciudad, la cúpula del Episcopado se apresta a difundir esta semana una declaración en la que se sumará al duro cuestionamiento del cardenal Jorge Bergoglio a la muestra. Será al término de la última reunión del año del máximo organismo eclesiástico, que preside el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Mirás, quien es secundado por el propio Bergoglio.
Fuentes eclesiásticas confirmaron a Clarín que las autoridades católicas están pensando en un pronunciamiento que someterán a consideración de la veintena de obispos que integran la conducción del Episcopado —la llamada comisión permanente— y se descuenta que conseguirán la aprobación. "Aunque la decisión final se tomará durante el cónclave, hay consenso para difundir un texto", vaticinó el vocero.
No se descarta que la declaración incluya una nueva condena a la despenalización del aborto, luego de que el ministro de Salud, Ginés González García, deslizó que su legalización acabaría con las prácticas ilegales y los riesgos que corren las mujeres que se someten a estas operaciones. Dos días después, el presidente Néstor Kirchner negó que se impulse oficialmente un proyecto en ese sentido.
Los obispos están muy preocupados también por los hechos de violencia que se produjeron en la muestra cuando varios exaltados dañaron algunas obras. También por los incidentes ocurridos durante la conferencia de una médica holandesa que promueve la despenalización del aborto.
Por eso, se considera muy probable que la declaración incluya una clara condena a este tipo de episodios. "Lo peor que puede pasar es que se identifique nuestra posición con la violencia cuando, en realidad, la inmensa mayoría de los católicos se manifestó pacíficamente, ignoró las provocaciones y abrazó la oración", señalaron.
Paralelamente, un grupo de laicos siguió ayer con la campaña de recolección de firmas para pedir la renuncia del secretario de Cultura porteño, Gustavo López, de quien depende el Centro Recoleta, donde está la muestra.
Esta exposición fue considerada blasfema por el cardenal Jorge Bergoglio, en una carta que difundió en su carácter de arzobispo de Buenos Aires. El martes pasado, festividad de la Virgen, el párroco de la iglesia del Pilar —lindante con el Centro Cultural Recoleta—, padre Rómulo Puiggari, presidió una misa de desagravio para los fieles de su zona.
Bergoglio criticó que la muestra se haga en un centro municipal. Sin embargo, el secretario de Cultura porteño insistió en que ésta no será clausurada. El canciller Rafael Bielsa y el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, coincidieron con él.
Las protestas no lograron el cierre de la muestra, pero sí el retiro de varios auspiciantes. El secretariado para la Familia del Episcopado difundió las cartas donde las firmas MovicomBellSouth, Correo Andreani, Bodegas Bianchi y la Fundación Carlos Bianchi comunicaron esta decisión.
A su vez, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, organizó un acto, donde se leyó una declaración en la que se señala que la Iglesia no quiere imponer su pensamiento a nadie, pero tampoco quiere sufrir ataques a sus convicciones.
Clarín
Fuentes eclesiásticas confirmaron a Clarín que las autoridades católicas están pensando en un pronunciamiento que someterán a consideración de la veintena de obispos que integran la conducción del Episcopado —la llamada comisión permanente— y se descuenta que conseguirán la aprobación. "Aunque la decisión final se tomará durante el cónclave, hay consenso para difundir un texto", vaticinó el vocero.
No se descarta que la declaración incluya una nueva condena a la despenalización del aborto, luego de que el ministro de Salud, Ginés González García, deslizó que su legalización acabaría con las prácticas ilegales y los riesgos que corren las mujeres que se someten a estas operaciones. Dos días después, el presidente Néstor Kirchner negó que se impulse oficialmente un proyecto en ese sentido.
Los obispos están muy preocupados también por los hechos de violencia que se produjeron en la muestra cuando varios exaltados dañaron algunas obras. También por los incidentes ocurridos durante la conferencia de una médica holandesa que promueve la despenalización del aborto.
Por eso, se considera muy probable que la declaración incluya una clara condena a este tipo de episodios. "Lo peor que puede pasar es que se identifique nuestra posición con la violencia cuando, en realidad, la inmensa mayoría de los católicos se manifestó pacíficamente, ignoró las provocaciones y abrazó la oración", señalaron.
Paralelamente, un grupo de laicos siguió ayer con la campaña de recolección de firmas para pedir la renuncia del secretario de Cultura porteño, Gustavo López, de quien depende el Centro Recoleta, donde está la muestra.
Esta exposición fue considerada blasfema por el cardenal Jorge Bergoglio, en una carta que difundió en su carácter de arzobispo de Buenos Aires. El martes pasado, festividad de la Virgen, el párroco de la iglesia del Pilar —lindante con el Centro Cultural Recoleta—, padre Rómulo Puiggari, presidió una misa de desagravio para los fieles de su zona.
Bergoglio criticó que la muestra se haga en un centro municipal. Sin embargo, el secretario de Cultura porteño insistió en que ésta no será clausurada. El canciller Rafael Bielsa y el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, coincidieron con él.
Las protestas no lograron el cierre de la muestra, pero sí el retiro de varios auspiciantes. El secretariado para la Familia del Episcopado difundió las cartas donde las firmas MovicomBellSouth, Correo Andreani, Bodegas Bianchi y la Fundación Carlos Bianchi comunicaron esta decisión.
A su vez, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, organizó un acto, donde se leyó una declaración en la que se señala que la Iglesia no quiere imponer su pensamiento a nadie, pero tampoco quiere sufrir ataques a sus convicciones.
Clarín
> Roberto Campos @ lunes, diciembre 13, 2004
